Las claves de la crianza positiva
La crianza positiva está encuadrada dentro de un estilo de crianza democrático. Sus bases principales son el respeto, la empatía y la comprensión, donde se enseña a los niños y niñas las consecuencias que pueden tener sus acciones en el entorno dejando de lado los castigos, el miedo y los gritos. Consiste, sobre todo, en criar a hijos e hijas felices que se sientan queridos, respetados y valiosos.

La crianza positiva está encuadrada dentro de un estilo de crianza democrático. Sus bases principales son el respeto, la empatía y la comprensión, donde se enseña a los niños y niñas las consecuencias que pueden tener sus acciones en el entorno dejando de lado los castigos, el miedo y los gritos. Consiste, sobre todo, en criar a hijos e hijas felices que se sientan queridos, respetados y valiosos.
Para poner en práctica la crianza positiva, es imprescindible que en casa exista una parentalidad positiva. Esto quiere decir que ambos progenitores tienen que tener claras las pautas a seguir en la educación y en la crianza de sus hijos e hijas y remar en una misma dirección. De nada sirve que cada uno actúe de una forma o que se desautoricen uno delante del otro.
Las pautas de crianza positiva son las siguientes:
- Conocer y aceptar las capacidades, habilidades y limitaciones de los niños y niñas en cada momento de su desarrollo.
- Respetar sus decisiones.
- No levantar la voz, hablar siempre sin gritar, aunque estemos enfadados.
- Dar opciones en vez de órdenes cerradas.
- Escucharles y prestar atención a sus señales que indican necesidades o deseos, la comunicación bidireccional es clave.
- Educar dando ejemplo, ya que los adultos somos su mayor espejo.
- Ponerse a su altura siempre que vayamos a hablar con ellos.
- No hay castigos, pero sí limites claros y realistas. Son un aspecto fundamental.
- Dar mucho amor y cariño, aunque estemos enfadados o hayan realizado algo que no deberían de haber hecho.
- Dejar que desarrolle su autonomía.
Ejemplos prácticos de crianza positiva
Toda la teoría se entiende mejor con la práctica, por lo que vamos a explicar una serie de ejemplos con los que entenderás a la perfección cómo aplicar la crianza positiva en casa con tus hijos e hijas:
Cuéntales a tus hijos e hijas lo que va a pasar en cada momento
Muchas veces, llevamos a los niños de aquí para allá sin explicarles lo que va a pasar y acaban llorando porque no quieren dejar de jugar o no quieren moverse del lugar en el que se encuentran. En cambio, si se les explican las cosas, seguramente, las acepten porque además se sienten valorados ("Ahora vamos a cenar", "Voy a cambiarte el pañal", etc...)
Evita la palabra “no”
Cambia tus “Noes” por un lenguaje más cercano, cariñoso y firme. Reformula expresiones del tipo “No grites” por otras más positivas como “Cariño, tenemos que hablar bajito para poder entender lo que nos decimos”.
Enséñales a hacer las cosas
No pretendas que hagan algo si no lo han visto previamente. Enséñale, por ejemplo, cómo debe ordenar sus juguetes o hacer su cama e intenta no tener el mismo grado de exigencia que con un adulto, ya que sus capacidades psicomotrices no son las mismas.
Enséñale a regular y gestionar sus emociones
Ayúdale a poner nombre a las emociones que siente, enséñale cómo puede identificarlas para después mostrarle cómo las puede expresar sin hacerse daño él ni hacer daño a otras personas.
En vez de imponerles algo, hazles partícipes
Si llega la hora de sentarse a hacer los deberes y no quieren porque están jugando, puedes decir: ¿quieres recoger ya los juguetes o esperamos a que la aguja del reloj marque las 19h? Así sabrá que, llegado ese momento, deberá recoger y ponerse a hacer sus tareas.


